jueves, 6 de septiembre de 2007

Jugando a la muerte súbita

Recientemente se han tenido desagradables experiencias en cuanto a la muerte de deportistas, siendo el fútbol el deporte más conocido en el que han ocurrido dichas catástrofes.
En otro de los fenómenos extraordinarios que explica este blog, esta vez toca el turno a la muerte súbita en el deporte, que se debe principalmente a problemas con el corazón, es decir, arritmias cardiacas, que hacen que el corazón o los músculos que lo componen, se inflen, de modo que el corazón es incapaz de bombear la sangre y el oxígeno suficiente para que el cuerpo continúe con el deporte que se está practicando. Es así como la persona pierde el pulso, la respiración, la conciencia y el escenario que se presenta es demasiado dramático.
La muerte súbita es la primer causa de muerte en el mundo, siendo Estados Unidos el país con mayor índice de muertos que presentan esta característica, con 500,000 casos al año. Sin embargo, en el deporte se trata de casos extraordinarios, puesto que supuestamente se trata de organismos entrenados, con la capacidad de enfrentar los agotadores cambios de ritmo, así como el esfuerzo.


Desgraciadamente la mayoría de quien sufre estos paros, infartos o arritmias, muere al instante. Se ha logrado reanimar a dichos deportistas, pero lo único que se consigue es tiempo, puesto que después de esos paros repentinos existen daños irreversibles, que conllevan a la muerte. Es así como recordamos los casos de Marc Vivien Foe, un futbolista camerunés que se desplomó en medio de la cancha, en pleno partido de la Copa Confederaciones del 2001. Recientemente, en el Maratón de la ciudad de México un hombre de aproximadamente 47 años se desplomó por cansancio, falleciendo al instante. Antonio Puerta, el futbolista sevillano de 22 años de edad, murió el pasado 28 de agosto, después de tres días de estar inconsciente tras desmayarse en el partido que su equipo disputaba frente al Getafe, de la Primera División Española, seguido por 8 infartos, que ya le habían provocado severas complicaciones cerebrales.


Como se puede ver, la muerte súbita no respeta edad, condición, ni mucho menos género; es un fenómeno cuya presencia se ha hecho más frecuente, provocando que se tomen medidas más detalladas al momento de realizar exámenes médicos.


Esperamos que no sigan ocurriendo, pues el espectáculo se vuelve aterrador, dramático.
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Escrito por Jessy (Jéssica González)

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